impresiones del crepúsculo

martes, noviembre 29, 2005

Mar

Uno

Debí ser marinero,
dejar que se estrellaran en mis ojos
salinos cristales al navegar contra la brisa,

Sentir el viento carcomiéndome la cara,
en un cielo inundado de pájaros
que flotan en un mar menos espeso.

Marinero sin duda,
dejar la hierba para el que sueña y árboles inflamados
para quien cree que partiste en otoño.

La tristeza es un animal marino,
sus tentáculos se me hinchan en el cuello
y su burla meona es una multitud de gotas agrias.


Dos

El sol se astilla en la cresta de una ola,
me crece tu nombre en la voz,
vapor de primavera en la garganta.

No es inmenso el mar, Arely,
te le he dicho tantas veces,
siempre termina su compás en tus tobillos.

Sol y mar se encuentran,
reconocen su piel, se penetran formando uno:
La Noche.

Tres

Trenzas agua y sal con tus pies pequeños,
el cielo arde de estatuas blancas,
nacemos del mar y nos hacemos sombra.

¡Cantamar su despedida!
Cantamar la mudez de tus palabras,
¡Ruge Mar!, que te escuche mientras huye,

combate su ejército de rocas con tu afilada espuma,
marchen las sirenas a la costa de su pelo,
hasta que la luna nos muestre su reverso.

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